Diciembre  2002

               01-12-2002  De nuevo llego hasta las Espudias y paso a la otra orilla del río. Cada ves lo hago con más facilidad y, además, el cauce del río a vuelto a descender hasta por debajo del nivel de las peñas. Uno de los Lysurus Cruciatus ha comenzado a mostrar su fruto fuera de del huevo gelatinoso del que ha de surgir toda la seta. Tomo alguna fotografía y regreso. Pero esta vez lo hago buscando un paso por la zona mas estrecha de las Espundias. Por aquí es más fácil pasar aunque hay que poner las rodillas en el suelo para no resbalar. También me supone tomar otro camino para regresar a Velas Altas. Lo hago subiendo por el cerrado de la Bibiana y, aunque está lloviznando, me entretengo en ascender a una de las peñas desde las que se puede ver todo el entorno de esta zona del río. Los cazadores conocen bien esta atalaya desde la que se puede controlar una de las peñas encerraderas mas importantes de nuestro pueblo. En ella se esconde la zorra cuando es perseguida por los perros y además allí suele criar  y guardar a sus crías ante cualquier peligro. La cercanía de esta guarida se hace notar donde me hallo por la presencia del  profundo y característico olor de los zorros. También entre las peñas de las mismas Espundias hay un lugar donde ese mismo olor evidencia la presencia de este escurridizo animal, muy abundante por aquí. Empieza a oscurecer pero me resisto a abandonar la contemplación del río desde estas peñas mientras escucho el rumor del agua bajo las rocas. Me siento sobre una escoba, apoyo mi espalda en el saliente de una peña y durante varios minutos puedo sentir una sensación de serenidad y quietud que casi me hacen olvidar que he de regresar a la vida cotidiana. Cuando llego a Velas Altas la noche ya es cerrada.  2 litros/m

               02-12-2002.  Parece que el tiempo comienza a cambiar y amenazan las heladas nocturnas.  Por ello decido llevar un recipiente hasta el lugar donde estoy siguiendo el crecimiento de esta extraña seta de las que os he hablado y ayudado de una espátula recojo uno de los huevos lo trasplanto con sumo cuidado, el mismo con el que he de atravesar el río para no resbalar. Además la seta que había comenzado a desarrollarse en primer lugar ha sido cortada en su tallo por varios insectos que yo ya había contemplado como se afanaban en devorar los restos de las primeras que descubrí. El huevo que he traído tiene el aspecto de una membrana húmeda a punto de rasgarse y me hace pensaren en el de un pequeño dinosaurio del que está a punto de surgir su cría. Lo instalo en mi terraza y, junto al palmo de tierra que lo envuelve, preparo una especie de "belén" de musgo y líquenes para esperar un extraño nacimiento e ir fotografiando su desarrollo.

              05-12-2002. Han comenzado a llegar paisanos a pasar este próximo puente. Algunas familias aprovecharan estos días para hacer la matanza y otras sienten la añoranza de otros tiempos en los que se esperaba la llegada de los hijos para ese menester; pero la lejanía de unos y la vejez o la ausencia de otros, va haciendo que cada vez sean mas aquellos para los que esta verdadera fiesta familiar es sólo un entrañable recuerdo.

               Aunque sigo controlando mi huevo de Lysurus Cruceatus , el cual se resiste a enseñar su extraño fruto, me acerco de nuevo hasta Las Espundias donde puedo comprobar que ocurre lo mismo con los que allí dejé. Tal  vez el frío comienza a ser demasiado intenso para el desarrollo de esta seta y es posible que no le permita  iniciar su crecimiento fuera del huevo en el que está germinando. Regreso algo decepcionado y al cruzar el río compruebo que el agua ha descendido considerablemente y hasta me atrevo a introducirme en Las Espundias al lado  mismo de la entrada principal del agua bajo las rocas. Solamente puedo andar unos metros pero puedo sentir la impresiónate fuerza del agua al buscar el paso entre las peñas y comprender la suavidad del pulido que ésta ha producido en el duro granito durante millones de años. Allí dentro siento una extraña sensación de ahogo y angustia que me hace respirar con alivio cuando salgo a la superficie y camino sobre el musgo de la superficie mientras escucho el murmullo del agua deslizándose varios metros bajo mis pies. 

              06-12-2002. El grupo de teatro de la asociación cultural Doña Gabina ha representado esta noche en el local del edificio de los jubilados la obra "Me da la gana". Me han contado que la representación fue un éxito. Pero yo he podido asistir y, por lo tanto, no tengo fotografías. Si me entero de alguien que tenga alguna, las pondré.

              07-12-2002. Aunque seguramente ya hace varios días que han llegado a nuestros campos, hoy veo por primera vez  varias bandadas de aguzanieves (avefrías). Estas aves son las primeras en avisar de la llegada del invierno y anuncian la proximidad de los días más fríos del año. Estos primeros grupos son bastante numerosos y posteriormente se irán desperdigando en pequeños bandos que buscan sus comida en los despejados prados en los que pasta el ganado. Debido a que en nuestro pueblo hay bastantes zonas sin cultivar, con numerosos robles y maleza, no es fácil encontrarlas ya que prefieren los valles de las pequeñas llanuras de los pueblos de alrededor donde, merced a la concentración parcelaria. el campo se halla más aprovechado.

              08-12-2002. Desde que el día 27 de febrero de este año recorrimos un difícil tramo del río Huebra, saliendo desde el Puente de La Molinera para llegar hasta Saldeana, no habíamos vuelto a hacer ninguna caminata por estos parajes donde se mezclan las tierras de los Arribes con las del Abadengo. Aquel día Cesar prometió regalar un cabrito a Manolo como premio por haber encontrado la salida que nos permitió escapar de una situación verdaderamente angustiosa entre los riscos del Huebra. Como es de suponer con la condición de comérnoslo entre todos. Por una razón u otra hemos ido retrasando  esta merienda y finalmente optamos por hacerla hoy y cambiar el menú por unos buenos chuletones ya que pensamos que estos se prestaban mejor a ser preparados a la brasa en el refugio que mi amigo Vidal , de Cerralbo, tiene a la orilla del Huebra. Cuando éste nos invito a celebrar allí esta parrillada, nos pareció el lugar perfecto por que, además estar en un entorno envidiable, nos permitiría caminar un tramo más de ese Huebra que nos hemos propuesto recorrer en su totalidad. Decidimos hacer un trayecto corto y fácil con el fin de asegurarnos la llegada a Cerralbo en torno a las dos del mediodía, hora a la Vidal y Eva. su novia, nos tienen preparada la lumbre dispuesta a recibir a los suculentos chuletones de ochocientos gramos.

       Pensamos, después de consultar el mapa de la zona,  que bajar desde Yecla de Yeltes hasta Cerralbo, nos llevaría una mañana  si comenzamos a andar en torno a las nueve. A esa hora, Juanma, Manolo, Ceasr, Sebastian y yo, dejamos un coche al lado de la iglesia del primero de los pueblos en el que se pueden apreciar dos características que llaman la atención: La distribución de sus calles siguiendo un  modelo más planificado del que estamos acostumbrados a ver por el restos de la comarca. Recuerdo que alguien me contó hace tiempo (tendré que comprobar su certeza)  que ello es debido a que se halla asentado sobre los restos de un antiguo campamento romano. Es conocida la disposición ordenada y regular de aquellos campamentos y cuando las necesidades militares hacían necesaria una larga permanencia de las guarniciones en un mismo emplazamiento, fueron dando lugar a verdaderas ciudades que conservaron la estructura original de sus calles. - Después de varias investigaciones me dicen que esto no esta comprobado y que fue ya en el siglo XII cuando la población, situada entonces al lado de la muralla, donde aún se conservan la ermita de Santiago - en ella se pueden ver varias estelas romanas utilizadas como sillares de sus muros- , se trasladó hasta el actual emplazamiento de Yecla Pero muchos de nuestros pueblos se fundaron por aquella época, durante  la repoblación que siguió a la reconquista de estas tierras por parte de los reinos leoneses y castellanos tras la ocupación musulmana y, sin embargo, solamente este pueblo tiene un trazado similar a los campamentos de las legiones romanas. Además a mi me sigue fascinando esta idea y como hay muchos ejemplos similares en otros lugares, esperaré a que alguien me convenza de lo contrario para pensar que no ocurrió así.-)

      La otra característica peculiar de este pueblo es la cantidad de casas nuevas en las que se ha respetado el estilo de construcción de los paramentos externos siguiendo la tradicional forma de mampostería rustica característica de nuestra zona. Además podemos ver bastantes edificios antiguos restaurados y otras construcciones vetustas bien conservadas pese a su evidente desuso.

    Salimos del pueblo por una angosta calle y nos dirigimos por la carretera de Villavieja de Yeltes hasta la ciudadela de Yecla la Vieja. Se trata esta de un antiguo castro celtibérico, construido por los vettones y que nos hace pensar en la razón de la larga permanencia del campamento romano en sus proximidades. De todas formas los numerosos restos del Imperio que se han hallado en esta misma ciudadela nos hablan del largo periodo de la dominación romana y de la importancia que estas fortificaciones tuvieron en la defensa de un territorio siempre estratégico  debido al carácter  fronterizo que viene dado por las barreras naturales que proporcionan las escarpadas orillas del río Huebra. Este castro forma parte de un sistema de fortificaciones que se extienden a lo largo de este río entre las que destacan el castro de Bermellar, el de Saldeana, las Merchanas...Pero es el de Yecla el mejor conservado de todos. Sus murallas rodean todo el perímetro del montículo sobre el que fue construido y, aunque parte de ellas ha sido reconstruido recientemente, guardan la peculiar belleza del estilo de construcción que encontramos en la mayoría de los castros Ibéricos de toda la Península. Estos muros se han elevado a base de mampostería rustica, pero mediante una técnica peculiar que permite ajustar todos las piedras de tal manera que no queden separaciones entre ellas que permitan la escala por parte de posibles asaltantes. Para ello se han rebajado todas las esquinas de los mampuestos para que queden biselados. Sus constructores tuvieron suma destreza al colocar cada piedra en el sitio adecuado y, cuando entre ellas quedaba algún hueco, este era escrupulosamente tapado con ajustados guijarros. Los muros se hallan ligera e intencionadamente inclinados hacia el interior para aumentar su estabilidad y ello, unido a la belleza plástica que siempre proporciona la estructura curva de toda las muralla, evitando la formación de esquinas que precisaría de la utilización de sillares, fascinó especialmente a Juanma, el del Milano, ya que él es albañil y está acostumbrado a hacer casas de piedra. No acababa de comprender como hace unos dos mil quinientos años podían hacer muros con aquella perfección.

        El interior de la fortificación contiene una ermita cristiana - Ermita de la Virgen del Castillo-  cuya antigüedad desconozco y a su alrededor, amén de un pequeño y desangelado solar en cuyo centro hay una especie  de altar -donde creo que es trasladada la Virgen del Castillo en el día de su festividad- rodeado de bancos de granito, se pueden ver las numerosas paredes rusticas modernas que separan los prados que cubren el antiguo asentamiento. Todo el complejo se halla a la espera de futuras excavaciones que permitan desenterrar las construcciones originales y mostrar a la luz la antigua estructura de la fortaleza. Pero para ello es necesario mucho tiempo y dinero. Hasta ahora lo que se ha hecho es rehabilitar la muralla. De ello se ha encargado un Aula Arqueológica que tiene su sede en el Pueblo de Yecla. Esta, además de contar con un museo que hoy no tenemos tiempo de visitar, ha organizado diferentes campañas en las que han participado numerosos estudiantes de Arqueología y Conservación de Monumentos. En la reconstrucción de los tramos de muralla que se hallaban derruidos, se ha utilizados gran parte de las piedras que se encontraban allí mismo y que no han sido expoliadas por los lugareños. Los técnicos han hecho un buen trabajo y se puede decir que con el paso del tiempo, cuando el musgo cubra por igual los mil doscientos metros de muralla va a ser difícil distinguir las obras de conservación. Además se ha limpiado todo el entorno de la maleza que ocultaba parte de fortaleza y, en una de esos trabajos, se halló hace pocos años  un bello y bien conservado berraco que se halla expuesto en el Ayuntamiento de Yecla.

        No nos entretenemos en recorrer todo el contorno, pero si lo hubiésemos hecho podríamos haber visto diferentes grabados en los que están representadas figuras animales y geométricas. También se han conservado algunas escaleras en las entradas en la muralla y varias estancias anejas a esta, restos de los edificios originales. Algún día habrá que volver por aquí con más tiempo.

       Abandonamos la extraordinaria construcción de nuestros antepasados vettones y tomamos un sendero que paralelo al arroyo del Caño Viejo nos llevará hasta el Huebra. Enseguida comenzamos a descender entre las rocas hasta llegar a los restos de un antiguo molino situado en el regato aprovechando la importante pendiente que éste ha ido tomando en los escasos metros que hemos andado. Solamente quedan escasos vestigios del lugar donde se hallaban las aspas y por allí atravesamos la corriente siguiendo las marcas de las peñas gastadas por el paso de otros viajeros durante siglos. Un poco más abajo encontramos un molino mucho más moderno al que no nos acercamos pero que vemos bastante bien conservado ya que incluso tiene una puerta que impide que desaprensivos entren a destruir lo que hay dentro, como ha estado ocurriendo con otros molinos de nuestros ríos. Éste se halla muy cerca del Huebra y en una peña desde la que se puede tener una buena perspectiva de todo el contorno desplegamos el mapa para situarnos. Cesar se puso a temblar pues tiene la certeza de que, en todas lar marchas que hacemos, desde el momento que yo comienzo a guiarnos por un mapa es cuando nos perdemos. Esperando que no sea así, bajamos hasta la orilla del agua y pensamos que el tramo del río que vamos a recorrer nos va a permitir andar cerca de él, sin necesidad de subir y bajar acantilados como nos ha ocurrido en los tramos de Saucelle, Bermellar y Saldeana.Luego continuamos bajando por el valle hasta que una gran roca nos llama la atención. Surge entre los fresnos a modo de un animal antediluviano y parece que nos mira con su cara, similar a la de un "throl", invitándonos a subir a su espalda. Así lo hacemos pero la roca no se incorpora y no tenemos más remedio que continuar a pie nuestro camino. 

       Pronto podemos ver el primero de los numerosos molinos que nos vamos a encontrar hasta el final de nuestro itinerario. Desgraciadamente  éste ya no tiene tejado y dentro de él solamente quedan algunos vestigios de su utilización. Lo dejamos atrás apenados por la dejadez que hay en todos nuestros pueblos en la conservación de estas importantes manifestaciones de la arquitectura popular, testimonio de antiguos oficios, cuya belleza permanece a pesar del abandono. Podemos contemplar como a nuestro paso numerosos ánades reales alzan su vuelo asustados por nuestra presencia. Esto será habitual en todo el recorrido. Pero también veremos varias garzas y otra ave migratoria que cada vez es más abundante en nuestras ríos, arroyos y charcas. Se trata de algunos cormoranes negros -no sé cual es su nombre- que han comenzado a visitarnos desde no hace muchos años. También nos paramos a contemplar las numerosas pisadas de nutrias marcadas en la arena y los destrozos de los jabalís en los valles, así como hozaduras de varios tejones. 

       El río, aunque con mucho caudal pasa bastante tranquilo por los valles en los que poco a poco va desapareciendo la escarcha y en cierto modo nos recuerda a nuestro río Uces por la facilidad con la que se puede caminar a su orilla disfrutando de la apacibilidad de sus aguas. En uno de esos valles nos llama la atención una extraña construcción de piedra. Observamos a varios metros del agua un túmulo circular parcialmente derruido del que parte un robusto muro hasta lo alto de un prado. Cuando subimos a lo alto de esta construcción podemos comprender que se trata de una gran noria. Aunque le falta todo el mecanismo vemos que donde este se hallaba hay un profundo pozo cuyo nivel de agua es el mismo que el del cauce del río. Alrededor del brocal se puede apreciar aun el pequeño vado circular que a lo largo de los años fue dibujado por el incansable y monótono paso de los animales, seguramente asnos, que movían la noria. Estos subían hasta allí por una rampa de piedra construida al lado del extraño muro que no es sino un acueducto preparado para llevar el agua hasta lo más elevado del ahora prado pero que en su tiempo debió ser una fértil huerta esforzada y concienzudamente trabajada. Pero ese agua llegaba hasta otra construcción que también nos resultó desconocida pero que al acercarnos vimos se trataba de una cochinera cuya estructura también nos pareció fruto de un buen trabajo. Se trata de una estrecha -unos dos metros-, baja-metro y medio- y larga -unos veinte metros- nave dividida en numerosos compartimentos cuyas paredes de piedra se hallan rematados por una bóveda de medio punto construida de ladrillo y argamasa. Esos ladrillos similares a los del canal del acueducto son bastante antiguos y nos podrían hablar de la fecha de su construcción pero nos conformaremos con preguntárselo algún día a los paisanos de Yecla.

        Muy cerca de este lugar nos hallamos unos unos pontones que aprovechando que el río discurre bastante extendido permiten pasar de una orilla a la otra. Este medio de paso que es muy común en nuestros ríos. Solamente se pueden utilizar hasta crecidas medias de caudal pero su sencillez hace que sea grande la resistencia a la fuerza de la corriente y además evita la construcción de costosos puentes. Estos del huebra son los mejor construidos de los que yo haya visto. Constan de dos filas de hincones, unos mas elevados que los otros, de tal manera que cuando el nivel de agua no es muy importante pueden ser utilizados los bajos ya que pasar por los altos tiene un cierto riesgo, especialmente si fijas tu mirada en el la corriente, pues se siente una cierta sensación de vértigo que te puede hacer caer al río. 

      El paisaje que rodea a estos pontones nos parece un buen lugar para hacer una parada y tomarnos un tente en pie. Sacamos un chorizo y la bota de vino y brindamos por el día soleado que nos está acompañando. Luego seguimos nuestra senda y veremos dos molinos , también semiderruidos, antes de llegar al lugar donde el río Huebra y el río Yeltes se unen formando uno solo que toma el nombre del primero, circunstancia que trae consigo una gran polémica entre los habitantes de los pueblos cuyas aguas recogen uno u otro ya que hay quien piensa que es mayor el caudal del Yeltes y que este nombre fue antiguamente el que tenía al río hasta su desembocadura en el Duero. Pero a nosotros lo que nos interesa es disfrutar de la quietud con que se funden las dos riberas propiciada por la existencia de una larga presa de molino unos metros más abajo. Se forma allí un gran piélago que, a modo de un pequeño estuario, extiende sus reposadas aguas por ambos ríos. Varios patos y una garza alzan su vuelo mientras vemos cercano el llamado Puente de Los Siete Ojos. Este se halla en la carretera que va desde Yecla hasta Bogajo y es uno de los más hermosos de nuestra comarca. Fue construido en los primeros años del siglo XVIII y destacan en él el contrate  de la buena factura de sus muros de sillería y una cierta rusticidad en la distribución asimétrica y en la terminación no muy depurada de sus arcos.

           Dejamos este puente y seguimos por la derecha del cauce con cierta precaución ya que divisamos a varios cazadores en las cercanías. Pronto vemos otro molino pero se halla en la otra orilla. Los dos siguientes se encuentran en nuestro camino y nos llaman poderosamente la atención. Los dos  son pequeños y están muy deteriorados pero conservan una belleza extraordinaria que les proporciona el tener una cubierta abovedada. En realidad se trata de una estructura en la que las nervaturas las constituyen robustos arcos de medio punto sobre los que se apoyan  enormes losas de granito cubiertas de tierra. El primero de ellos está mejor conservado y desde el exterior nos hace pensar en una mezcla entre  los antiguos túmulos megalíticos y las rusticas casetas de los pastores que tanto abundan por nuestros campos. Nos detenemos a contemplar su tosco hogar, en el que se ha perforado una roca, aprovechada para construir a su lado el molino, formando una curiosa chimenea. Del segundo nos asombran las enormes lanchas de granito que cubren parte de los arcos y la belleza de las desnudas siluetas de estos allí donde la techumbre ha cedido al paso del tiempo. Nos marchamos entristecidos por la desidia que ha llevado a estas verdaderas obras de arte al abandone en que se hallan y nos remuerde la envidia de no tener su propiedad en nuestro pueblo para poder reconstruirlos

         El mapa nos indica que pronto llegaremos a la Fábrica de Gema y el mismo río nos lo muestra cuando su cauce se va asentando y la tranquilidad de las aguas nos indica que cerca hay una presa lo suficientemente grande como para controlar de esa manera la corriente. Al  pasar una curva ya vemos  a lo lejos varios edificios que nos hablan de un complejo habitado más importante que los abandonados molinos que hemos visto. Pero desgraciadamente aquí tampoco queda actualmente nadie que se haga cargo de aquellos trabajos que hace años abastecían de harina a media comarca. Esta fábrica fue en su tiempo una verdadera industria a donde llegaban, primero en sus carros y luego en sus camionetas, una gran cantidad de agricultores y almacenistas para moler su grano y limpiar la harina. El edificio del molino propiamente dicho es una robusta estructura de piedra que aloja tres pisos de madera en los que se distribuyeron en su tiempo todas las maquinas necesarias para realizar todo el proceso de producción de los dife4rentes tipos de harina. Destaca en su construcción el fino acabado con que se hicieron y se colocaron zócalos, esquineras, dinteles y alfeizares de granito. Lo mismo ocurre con la casa solariega, también de tres alturas, donde debieron vivir los dueños de este complejo. Desgraciadamente tanto de un edificio como del otro, así como de varios corrales anejos, no queda sino el vano recuerdo de una época de esplendor atestiguada por los elementos decorativos de un cierto regusto, poco habituales por estos parajes en la época en que se habito la ahora destartalada casa. Así, escayolas, estucos, celosías, papeles pintados se nos muestran desparramados entre la maleza que poco a poco se va apoderando de la vivienda mientras los suelos de madera se están pudriendo como consecuencia del agua que cae desde el arruinadlo tejado. No sabemos cuando se dejó de habitar la casa ni cuando los primeros vándalos comenzaron a romper las puertas y ventanas, tal ves en busca de abandonadas riqueza, ni cuando la desidia de sus dueños dejó desamparada una heredad que muchos otros habrían cuidado con mimo. Lo cierto es que nos produjo una gran tristeza contemplar estos restos, especialmente los de la fabrica de harina en los que aun quedan, no sabemos por cuanto tiempo, numerosos vestigios de los complejos mecanismos que en su día debieron ser la envidia de los pequeños propietarios de los otros molinos y aceñas de toda la comarca.

         Pero, además de estos edificios cuyo aspecto de modernidad contrastan con las rusticas construcciones que antes habíamos contemplado, aquí también hay muestras del concienzudo y esforzado trabajo de ingeniería popular que supone la larga presa preparada para retener el agua formando un extenso remanso en el que pudimos contemplar a nuestra llegada a varios cormoranes nadando placidamente. También podemos disfrutar de la especial belleza de una pequeña isleta que ha ido formando un viejo fresno, cuyas ramas nacen directamente del agua,  formando un circulo casi mágico reflejándose en las tranquilas aguas del río.            El agua desborda la enlosada presa y el reflejo del sol en los pequeños hilos de agua que bajan sorteando las piedras, forman una cortina de cristal que se deshace en blancos copos de espuma que la corriente lleva hasta una hermosa puente que nos hace recordar a la Puentepiedra de nuestro río Uces. Su longitud es más o menos la misma pero la de Gema no están alta ni tan ancha. Además ésta tiene los pilares de cantería labrada a modo de quilla para vencer mejor la fuerza del agua.

            También podemos contemplar como al lado de la fabrica se han labrado diferentes losas de granito para confeccionar comederos, abrevaderos, cargaderos y anclajes para los diferentes animales de carga que antaño transportaban la mies y la harina.

Pero el tiempo se nos hecha encima y tenemos que continuar si queremos llegar a nuestro destino a la hora convenida. La puente nos ha permitido cruzar hasta el margen que es el que tenemos que seguir para llegar hasta Cerralbo. Pronto vemos otro molino semiderruido y más abajo veremos otros más aunque, debido a que se hallan en la otra orilla y las presas o están desbordadas o rotas impidiendo el paso, no podemos examinar más detenidamente pero nos parecen bastante bien conservados. También en esa otra orilla y a poco más de un kilómetro se halla el pequeño pueblo de Gema. Ninguno de nosotros hemos estado allí con anterioridad pero, al igual que los últimos molinos divisados, tendrá que esperar a otra ocasión. Ahora tenemos que apurar el paso hasta que podamos ver el puente de Cerralbo.

       Pero antes nos encontramos con la grata sorpresa de poder contemplar el vuelo de un águila real. Su oscura silueta nos hizo pensar en un momento que se trataba de la de uno de los numerosos buitres leonados que hay por esta zona. Pero su amplia y extendida cola y su majestuoso porte nos convenció enseguida de que se trataba de la reina de las aves. A partir de ese momento se formó un verdadero revuelo en nuestro pequeño grupo y nos peleamos por tener los únicos prismáticos que llevábamos. Sebastián intentó filmarla sin éxito y yo solamente pude tomar una mediocre fotografía antes de que se alejase dejándonos llenos de emoción, pues solamente Cesar y yo habíamos tenido la oportunidad de verla en otras y contadas ocasiones.

      Finalmente avistamos el imponente y moderno puente de Cerralbo entre cuyos faraónicos pilares se distingue la silueta de aquel otro más antiguo y desde luego más hermoso. Pronto llegamos al final de nuestro camino después de haber andado durante unas cinco horas a un ritmo bastante tranquilo y pudimos disfrutar de un merecido refrigerio a base de unos buenos chuletones de ternera acompañados de ensalada de regajo y regados con un estupendo vino de Toro            

Fotografías de Cesar y de Luis

              09-12-2002. Después de varios días soleados hoy ha regresado la lluvia. Esta es fría y la gente dice que parece aguanieve. Mientras tanto mi Lysurus se resiste a salir de la membrana que lo envuelve. Sin embargo uno de los que dejé cerca de Las Espundias ya se ha desarrollado casi totalmente pero su tamaño es raquítico, tal vez por los efectos del frío, y otro parece que pronto asomara fuera de su huevo.6 litros/m

              10-12-2002. Cuando esta tarde me preparé para ir a mi cotidiano paseo hasta La Zarza ya me temía que la crecida del río no me permitiría pasar por las Espundías. Antes de acercarme a este paso ya se podía oír el sonido del agua entre las peñas y cuando llegué a Gavilanes pude ver como los rápidos cubrían todas aquellas por las que había cruzado en días anteriores. El verde intenso del musgo que tapiza todo este paraje ha sido sustituido por el blanco de la espuma producida por el agua al saltar entre las piedras. Pero no me resisto a comprobar hasta donde se puede llegar y bajo hasta el río después de cruzar con cierta dificultad el regato del Pizarrón. Busco un atajo entre las rocas de la orilla y consigo encaramarme con sumo cuidado hasta una de las más altas que hay ya casi en el centro de la corriente. Desde allí puedo comprobar la brutalidad con la que pasa el agua a mi alrededor y ver como solamente varias de las peñas más grandes, ya casi donde terminan las Espundias podrían servir como improvisados pontones por los que se podría saltar en caso de emergencia y con un enorme riesgo de caer al agua. Como este no es mi caso, permanezco allí durante un buen espacio de tiempo comprobando como poco a poco va aumentando el caudal del río y sacando algunas fotografías que pronto pondré para ilustrar este comentario. Tendré que dejar para mañana el seguimiento del Lysurus Cruciatus ya que no hay tiempo suficiente par ir y volver por el Puente de Robleo antes de que anochezca.24  litros/m

              11-12-2002. Aunque supongo que hoy ya se puede pasar por Las Espundias, prefiero cambiar de camino y me voy hasta La Zarza de Pumareda. Dejo el coche en un camino al lado de la carretera y me doy un largo paseo hasta el lugar donde se hallan las setas cuyo crecimiento estoy siguiendo desde hace días. Aprovecho disfrutar de este paisaje que tantas veces he pisado y que os invito a conocer aunque solamente sea para poder contemplar las numerosas casetas y abrigos de los pastores que hay desperdigadas por doquier en un inmejorable estado de conservación. Cuando llego a mi destino puedo comprobar que los Lysurus no han avanzado casi nada en su desarrollo pero también que hay otros dos comenzando a asomar entre la hierba. Sin embargo el que tengo en mi balcón, debidamente protegido con un plástico, ha comenzado a salir esta mañana de su huevo y a lo largo del día va enseñando poco a poco su cabeza en la que se puede distinguir como surge algo parecido a seis tentáculos anaranjados y viscosos.

               Hoy me cuentan una anécdota de hace varios día que nos ilustra los efectos de la cantidad de agua caída durante este lluvioso otoño. Mi tío José- el de mi tía Antonia- vio como dos de sus ovejas se hallaban con las patas enterradas en una tierra sembrada. Ni corto ni perezoso se lanzo a rescatarlas ya que llevaban bastante tiempo inmovilizadas por el barro. Cuando quiso darse cuenta se halló en la misma situación que su ganado. Él mismo me ha contado  que intentó salir arrastrándose, pero que al apoyar sus manos, estas se enterraron de la misma manera que las patas de las ovejas y tuvo que desistir de su intento. Tuvo suerte de alcanzar un trozo de la raíz cortada de un roble y apoyándose poco a poco en ella consiguió alcanzar la tierra firme. Pero ello no lo logró sino después de mas de dos horas luchando contra el lodo y dejándole como rescate sus dos botas. Además tuvo que andar descalzo por el encharcado camino casi dos kilómetros hasta llegar a su coche 2 litros/m

              12-12-2002. litros/m

              14-12-2002. litros/m

              15-12-2002. Después de varios días creciendo por fin puedo ver como el Lysurus Cruciatus se ha desarrollado totalmente. He fotografiado sus diferentes fases y pronto colocaré aquí el resultado.litros/m

              17-12-2002. 13  litros/m

              18-12-2002.  Los aficionados al deporte podéis participar en la Carrera de San Silvestre que se celebrará el día 31 en Vitigudino:10  litros/m

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              19-12-2002. Por fin termino de subir todas la fotografías que Cesar y yo hicimos durante la marcha de Yecla hasta Cerralvo. Poco a poco iré describiendo el camino que ilustran esas tomas.

                También he colocado algunas fotografías de las Espundias tal como las hemos podido ver durante los últimos días. Se puede apreciar como el agua va cubriendo las rocas a medida que sube el nivel del caudal:litros/m

 

Las Espundias, Diciembre de 2002

              20-12-2002. Continuo haciendo alguna revisión de la página y coloco algunas fotografías que que ya tengo reveladas: Las que hicimos en Arenas de San Pedro en Octubre y varias de la Amanita Muscaria ( Muy venenosa).

              Hace un año por estas fechas hacia tanto frío que el río se hallaba candado por el hielo. Sin embargo hoy he estado en Singuirina y la temperatura era tan alta que he tenido que quedarme en manga corta para no empapar la camisa de sudor. Además las madreselvas, las cañas, las gamonas, y otras plantas tempraneras han comenzado a brotar confundidas por esta bonanza.

              22-12-2002. Parece que no se oye que le haya tocado la lotería a alguien del pueblo.

               A mediodía el camión de uno de los tratantes que vienen al nuestro pueblo a recoger corderos, pudo volcar en el desnivel que hay en la calle Valsalabroso, junto a la calleja de la Teresa de Antonio. El conductor iba marcha a tras y no lo vio hasta que la rueda de atrás cayó a la bajada. Además la de adelante quedó justo al borde de caer también y eso hubiera supuesto que el camión volcar contra el corral de Clodo. Pero rápidamente la gente corrió en su ayuda y se amarró con maromas de acero a dos tractores; se pusieron puntales para evitar que aumentase la inclinación y con tablones se preparó una rampa. Aun así se tardo cerca de una hora en resolver la situación satisfactoriamente gracias la masiva participación de nuestros vecinos ayudando mediante sogas a impedir que el citado camión volcase en el momento de tirar de él con los tractores.

              23-12-2002. Javi de la Luz está contactando con la gente para organizar de nuevo un Belén viviente. Se realizaría el día 28 en el mismo lugar del año pasado. Todo dependerá de la gente que esté dispuesta a participar.

               Alguno de los días pasados nos proporcionó estas imágenes del pueblo con la niebla en la zona del río:

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              24-12-2002. En estas fechas navideñas mucha gente acostumbra a venir a acompañar a su familia. Sin embargo este año parece que son menos los que han decidido pasar aquí las fiestas. Puede ser que se deba a que últimamente mucho reparten las vacaciones y vendrán después del día de Navidad.

              Esta madrugada ha caído una gran cantidad de agua en pocas horas y ha hecho que el río aumente espectacularmente su caudal aunque sin llegar a los niveles de hace algunos años. El fuerte viento del sur -el aire de Abajo- nos hace llegar nítidamente hasta el pueblo el bramido del agua a su paso por el cahozo del molino de Lucas.22  litros/m

            Ya tengo las fotografías de la evolución del Lysurus Cruciatus

              26-12-2002. Esta tarde ha comenzado a llover de una manera casi torrencial. Si continua así durante la noche va a ser espectacular ver como baja mañana el río.14  litros/m

              27-12-2002. Tenía razón y la lluvia ha continuado cayendo durante la noche. No ha sido suficiente como para tapar el puente del Cacho pero ha andado cerca. El nivel del cauce llegó hasta casi la clave de los arcos pero no consiguió saltar por arriba de la carretera. Pero si consiguió tapar la Puente de Las Vegas, la Puentepiedra y la Puentepalo. También llego el agua hasta casi tapar el puente de Robleo. Yo me doy una vuelta por la zona del río más abajo de este último puente  y saco una fotografías que pronto colgaré aquí.

         Todo este agua ha hecho peligrar la celebración del anunciado Belén viviente junto al río pero finalmente su realización se llevará a cabo. No podré asistir pero a ver si alguien saca fotografías para ponerlas en la página.44  litros/m    

              28-12-2002. Se celebra con éxito el Belén viviente. Ya pondré fotografíaslitros/m  Fotografías del Belén

              29-12-2002. La cigüeña ya ha regresado a su nido. Una prueba más de las altas temperaturas que están caracterizando a este invierno.

              30-12-2002. 10  litros/m

             En www.lagudina.com ya se pueden visualizar las imágenes de video que Sebastián grabó durante la celebración del Belén viviente.

              31-12-2002. Este último día del año se ha vuelto a caracterizar por la insistente lluvia y, al igual que el año pasado, ello ha condicionado la celebración de esta fiesta. De todas formas algunos nos tomamos las uvas en la hoguera que tradicionalmente se hace en la plaza del ayuntamiento.litros/m